LA CABINA
Un día, cerca del
ayuntamiento viejo, no sé si os dais cuenta, hay una cabina telefónica.
Y había un tío dándole
golpes a la cabina, jurando y echando votos y, yo, me quedé a observar y a oír:
el hombre decía que había “echao” 2
euros, había gastado 20 céntimos y que
la cabina no le había devuelto “na”.
Estaba hecho un basilisco
y pensé yo para mí: -“¿y esto como lo permiten? Porque simplemente en una
máquina, por ejemplo, de tabaco, tu echas más dinero y te devuelve lo que sobra
pero en las cabinas de teléfono no”.
Y entonces dije yo:-¡Vaya
manera de robar a la gente también!,¿ no?
-Lo permiten porque
pueden.
-Por eso digo que la
permisividad que existe en este país, no sólo en eso si no en otras cosas, no
debería ser. Que nos roban y nadie dice nada.
*Nota sobre o idioma: normalmente eleximos o galego como idioma principal, pero nas publicacións de Los Cañaíllas utilizaremos o idioma da persoa que conta a anécdota ou historia xa que facemos transcripción directa e eleximos manter o ton orixinal
No hay comentarios:
Publicar un comentario